Llegamos a Trujillo desde Lima y como ciudad de paso antes de llegar a las playas de Perú en la zona de Máncora, por lo que no teníamos mucha expectativa ni sabíamos realmente todo lo que esta ciudad esconde…
Su centro, un área colonial precioso para pasear y dejarse enamorar por su arquitectura y colores. Sus afueras, repletas huacas y ruinas llenas de historia y misterio. En resumen, Trujillo tiene más de lo que aparenta y, si no me equivoco, en unos años se convertirá en una ciudad mucho más turística e interesante de lo que aparenta ser ahora mismo!
Tabla de contenidos
¿Dónde dormir en Trujillo?
Las dos noches que pasamos en Trujillo nos alojamos en el Yaqta Hostel, situado a 1 minuto de la Plaza de Armas y con una terraza espectacular donde trabajar súper a gusto y disfrutar del calorcito de esos días. Además la habitación era comodísima y estaba muy nueva y cuidada!
Igualmente, dependiendo de tu presupuesto viajero y el tipo de alojamiento que busques, te recomiendo como siempre que compares opciones en Booking.com. Al ser la tercera ciudad más grande de Perú, también tienes la opción de Airbnb. Por si aún no lo utilizaste, aquí te dejo 25€ de descuento en tu primera reserva por leerme y ser tan majuelo!
¿Qué ver y hacer en Trujillo?
Aquí te van un puñado de ideas que ver y hacer en Trujillo! Si quieres descubrir todo y enterarte bien de la historia, te recomiendo que hagas un tour con Colonial Tours; por 45 soles (12€) tendrás un full day guiado con todos los transportes y visitarás la Huaca Arcoiris, la Esmeralda, las Huacas del Sol y la Luna, la zona de Huanchaco, el complejo arqueológico de Chan Chan y los dos museos (el de Chan Chan y el Huacas de Moche).
– Visitar la Huaca Arcoíris y la Huaca Esmeralda
Son las huacas más cercanas a la ciudad y, aunque son pequeñas, cuentan un montón de historia y son súper interesantes.
La Huaca Arcoíris (también conocida como Huaca del Dragón) fue un gran monumento religioso, centro ceremonial y administrativo construido en adobe, cuyos murales están decorados con frisos en relieve mostrando figuras antropomorfas y representando estilizadamente el arco iris. Como curiosidad, te diré que esta Huaca es la que aparece en los billetes de 20 soles de Perú, ¡puedes comprobarlo si tienes uno a mano!
La Huaca Esmeralda es igualmente un templo religioso perteneciente a la Cultura Chimú. Debido a las catástrofes naturales y las intensas lluvias, sufrió varias modificaciones a lo largo del tiempo; principalmente en la parte media, donde se construyó una plataforma de dos escalones unidos por una rampa central.
– Pasear por la Plaza de Armas
Una de las Plazas de Armas más bonitas que vimos en todo Perú junto a la de Cuzco y la de Arequipa! Date un par de vueltas, disfruta de la gente, de los sonidos y de las pompas que hacen las señoras que están vendiendo pomperos!
– Entrar en la Catedral de Trujillo
Una preciosísima catedral muy diferente a casi todas las catedrales del mundo; con sus dos colores (amarillo y blanco) y su arquitectura colonial, es prácticamente perfecta siendo tan simple y sencilla! En su interior, los techos llenos de murales te dejan con la boca abierta y de nuevo su arquitectura sencilla es más que suficiente para resaltar y deslumbrar a cualquiera! Casi nos hicimos católicos y todo! jajaja
– Perderse por sus calles
Siendo tan fan de las fachadas monocolor y de la arquitectura colonial, disfruté mucho recorriendo las calles de la ciudad, con sus edificios bajitos, balcones trabajados y colores tan vivos… ¡Date un buen paseo por las calles de Trujillo y busca las mejores y más bonitas!
– Descubrir toda la historia de Chan Chan
Uno de los platos fuertes en cuanto a ruinas y arqueología. El complejo de Chan Chan es una ciudad precolombina construida en adobe por los chimúes hace más de 1200 años. Actualmente es la ciudad de “barro” más grande de Sudamérica y la segunda del mundo!
Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1986 e incluida en la Lista del Patrimonio de la Humanidad en peligro en el mismo año por la peligrosidad que suponían las lluvias para esta ciudadela.
Cuando la visites te darás cuenta de que todos sus espacios y zonas tienen un sentido, y es que los chimúes eran bastante inteligentes; desde la acústica hasta la distribución tienen un por qué!
– Comer ceviche en Huanchaco
Un balneario histórico famoso por sus caballitos de totora (unos barcos usados para la navegación y la pesca desde el tiempo de los mochicas y también de los chimúes) que aún en la actualidad los pescadores de Huanchaco continúan utilizando en sus días de pesca.
– Probar el Shámbar si estás en lunes
Una sopa a base de menestras (legumbres) que a veces también incluye carnes o jamón ahumado. Similar a un cocido montañés pero mezclando todo tipo de legumbres (quinoa, lentejas, garbanzos, alubias, etc). La curiosidad de este plato es que sólo se sirve los lunes, por lo que si no coincides en ese día de la semana, ¡seguramente te quedes sin probarlo!
– Recorrer las Huacas del Sol y de la Luna
Otro gigantesco complejo arqueológico ubicado en la zona este de la ciudad y considerado como un santuario moche que representó la capital de la cultura mochica desde el siglo I a.C. hasta el siglo IX d.C.
Se visita la Huaca de la Luna, ya que la del Sol está aún sin trabajar y cerrada al turismo. Aún así es más que suficiente para maravillarte con la cantidad de historia que cuenta la primera; además de sus secretos, pisos enterrados y representaciones de todo lo que los mochicas vivieron hace más de 1500 años!
Por lo que pudimos ver y lo que nos contó el guía, este sitio no está “descubierto” ni en un 10% de lo que realmente es; le falta inversión y muchísimo trabajo… Nos pareció una pena, porque si se explotase y se descubriese en su totalidad podría llegar al nivel de Machu Picchu por toda la historia y cultura que tiene!
Apuesto sin ninguna duda que dentro de unos años este lugar será mucho más turístico y cambiará bastante!
Vistas de la Huaca del Sol desde lo alto de Huaca de la Luna
– Conocer la zona arqueológica de “El Brujo”
La única zona que nos faltó por conocer a pesar de ser uno de los más importantes. Conformado por la Huaca Prieta, la Huaca Cao Viejo y la Huaca Cortada, en centro ceremonial donde podemos observar el legado de más de 5.000 años de ocupación por el ser humano; desde los nómadas cazadores recolectores, las siguientes culturas (cupisnique, moche, lambayeque, chimú, inca, etc) hasta la época colonial y el presente!
– Visitar el museo de Huacas de Moche
Inaugurado en 2009, este museo expone diferentes piezas encontradas en la Huaca de la Luna y en la Huaca del Sol, además de tres situaciones funerarias mochicas: dos de sacerdotes guerreros y una de un noble guerrero. Podrás ver desde cerámicas hasta restos de huesos con indicios de decapitación, todo muy ligado a la cultura moche y a la historia de las huacas!
Ahí también encontramos a la famosa Dama de Cao, la famosa momia femenina que en su día fue una poderosa influencia de la cultura mochica en la zona, ya que apareció cubierta con infinidad de joyas y otras muestras de poder con la que los mochicas enterraban a sus figuras importantes.
– Ir al cine
Una idea por si no tienes plan para última hora de la tarde es ir al cine, ya que hay varios por el centro de la ciudad y están muy bien cuidados. Nosotros llevábamos más de 3 meses sin pisar un cine y nos pareció un planazo! La entrada entre semana cuesta 10 soles (2,70€) y los fines de semana 13 soles (3,50€).
Tras dos tres recorriendo las huacas y la historia de Trujillo, pusimos rumbo (por fin!) a Máncora para disfrutar de una vez por todas de un poco de playa después de pasar tanto frío en Bolivia y el norte de Perú. Ese sería nuestro último destino antes de cruzar a Ecuador!
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